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sábado, 19 de mayo de 2012
La invasión soviética a Afganistán en 1979.
Por Ricardo López Göttig
Con la asunción de Richard Nixon a la presidencia de Estados Unidos en enero de 1969, en plena guerra de Vietnam, el nuevo mandatario de signo republicano se empeñó -junto a su conocido asesor de seguridad nacional, Henry Kissinger- en lograr la distensión en el enfrentamiento de la guerra fría con la Unión Soviética. El secretario general del Partido Comunista soviético, Leonid Ilich Brezhnev, fue su contraparte en la búsqueda de lo que se dio en llamar la "détente" entre ambas superpotencias, a pesar de que permanecieron abiertos algunos frentes como el del Sudeste asiático. Pero ambos lograron despejar algunas suspicacias y se iniciaron las conversaciones de desarme atómico, procurando llegar a firmar el tratado SALT.
Nixon, que ganó ampliamente la reelección en 1972, debió renunciar por el escándalo del Watergate en agosto de 1974, siendo sucedido por el congresista Gerald Ford, poco antes elegido vicepresidente por el Congreso. El presidente Ford mantuvo esa política de distensión, junto al entonces secretario de Estado Henry Kissinger, llegando a tener una reunión cumbre con Brezhnev en Vladivostok.
Pero estos acercamientos diplomáticos se perdieron durante la presidencia del demócrata Jimmy Carter a partir de 1977, quien intentó ligar la política exterior con la promoción de los derechos humanos en los países de Europa oriental. Carter tuvo una presidencia desafortunada: a comienzos de 1979 cayó el régimen monárquico del Sha Mohammad Reza Pahlevi en Irán, un aliado de los Estados Unidos en el golfo Pérsico. El 4 de noviembre de ese año, un grupo de estudiantes tomó la embajada estadounidense en Teherán, reteniendo como rehenes a los funcionarios que allí se encontraban. Y el 25 de diciembre la Unión Soviética invadió Afganistán, arrojando al cesto de la basura los tibios avances logrados en los años de la distensión.
¿Por qué se produjo esta invasión que desangró a los soviéticos? Brezhnev se hizo célebre por la doctrina que llevó su nombre por la invasión de agosto de 1968 a Checoslovaquia, cuando los tanques del Pacto de Varsovia -con la sola excepción de Rumania- aplastaron el intento del "socialismo con rostro humano" que impulsó Aleksandr Dubček para darle legitimidad y nueva vida al socialismo real. Desde entonces, Brezhnev se hizo adicto a los calmantes, ingesta que terminó deteriorando su cuerpo y facultades mentales. A raíz de este deterioro, el verdadero poder soviético se hallaba en manos de la troika formada por el director de la KGB Iuri Andropov, el ministro de Relaciones Exteriores Andrei Gromiko y el ministro de Defensa Dmitri Ustinov, siendo estos tres miembros del Politburó -el órgano máximo del PC soviético- los que tomaban las decisiones fundamentales.
Observemos el escenario afgano, para comprender la situación interna de este montañoso país. En 1973 fue derrocado el Rey Mohammed Zahir Shah, quien había dado los pasos iniciales hacia la monarquía constitucional y un ambiente más permeable a la secularización y modernización de las costumbres, siendo sucedido por su primo Mohammed Daud Khan, que proclamó presidente de la República. El Rey partió al exilio, sólo para retornar en el 2002 y colaborar con la reconstrucción del país tras el régimen de los Talibán, sin pretender la restauración de la monarquía. El breve período republicano de Daud se caracterizó por ser un régimen opresor.
En un sangriento golpe en 1978, en la "revolución de abril", militares tomaron el poder en Kabul, le entregaron el gobierno al Partido Democrático Popular de Afganistán (PDPA) y buscaron apoyo en la URSS, cuyos dirigentes al parecer ignoraban este plan. Dado que Afganistán era entonces limítrofe con la Unión Soviética, el nuevo régimen de izquierda recibió constante ayuda económica y consejeros rusos y de Asia Central. Lo cierto es que, como en toda dinámica revolucionaria, comenzó el proceso interno de purgas dentro del PDPA: la fracción Jalq, liderada por Nur Mohammad Taraki y Hafizullah Amín aplicaron el terror stalinista contra la fracción Parcham. A pesar de que los soviéticos sugirieron evitar la aplicación de la purga interna en un régimen tan endeble, Taraki prosiguió con la represión interna. Taraki -primer ministro- firmó un Tratado de Amistad, Buena Vecindad y Coooperación con Brezhnev en su visita a Moscú. A comienzos de 1979 hubo un levantamiento de orientación islámica en la ciudad de Herat, contraria a las reformas radicales que estaba introduciendo el régimen Jalq, y los líderes de Kabul pidieron asistencia militar a la URSS. Durante varios meses, la troika mencionada debatió la intervención a su aliado inesperado, poniendo atención en la revolución islámica que se estaba desarrollando en Irán simultáneamente. Asimismo, el despliegue del ejército soviético para "salvar la revolución" hubiera significado el fin de la distensión y la no ratificación del tratado SALT de limitación de armas.
Lo cierto es que, en este ambiente tenso, Hafizullah Amin dio un golpe de Estado en septiembre contra el primer ministro Taraki, quien el 9 de octubre de 1979 fue estrangulado en su celda. El 4 de noviembre, los estudiantes iraníes tomaron la embajada de Estados Unidos en Teherán. El 12 de diciembre del mismo año, la OTAN decidió el despliegue de misiles Pershing en Europa occidental. Ante estos sucesos y para demostrar iniciativa política y diplomática, se elaboró un plan de intervención por parte de Ustinov y Andropov para Afganistán, deponer a Amín, bajo el pretexto de que el gobierno afgano ya había solicitado la ayuda militar. Leonid Ilich Brezhnev habría dado su consentimiento a la invasión sin haber logrado entender, por su deterioro, la dimensión de lo que estaba aconteciendo.
En la sangrienta invasión y toma del palacio presidencial, Hafizullah Amín fue detenido y acribillado por los soviéticos, tras lo cual impusieron a Babrak Karmal como nuevo líder afgano, miembro de la facción Parcham. Este, no obstante, fue depuesto por iniciativa de Mijail Gorbachov en 1986 por haber demostrado su ineptitud en el cargo, ya en plena guerra civil contra la insurgencia islámica.
Esta invasión provocó el bloqueo económico de Occidente a la URSS, tan necesitada de alimentos y capitales, sepultó en el olvido al tratado SALT, el boicot a los juegos olímpicos de Moscú de 1980 por parte de los occidentales y contribuyó decisivamente al clima de pesimismo que llevó al fracaso de la presidencia de Carter, derrotado en las elecciones de noviembre de 1980 por el republicano Ronald Reagan.
Bibliografía consultada
Vladislav Zubok, Un imperio fallido. Barcelona, Crítica, 2008.
John Lewis Gaddis, Nueva historia de la Guerra Fría. México, FCE, 2011.
Robert Service, Camaradas. Barcelona, Ediciones B, 2009.
Mijail Gorbachov, Memorias. Barcelona, Plaza & Janés, 1996.
Jean Meyer, Rusia y sus imperios. México, FCE, 2005.
Vladimír Nálevka, Světová politika ve 20. století. Praga, Nakladatelství Aleš Skřívan, 2000. Tomo II.
Běla Plechanovová e Jiří Fidler, Kapitoly z dějin mezinárodních vztahů. 1941-1995. Praga, ISE, 1997. Tomo II
martes, 8 de mayo de 2012
viernes, 4 de mayo de 2012
Taller de Mitología, a cargo de Ricardo López Göttig
Profesor: Dr. Ricardo López Göttig
1. Introducción a los conceptos de mito, leyenda y relato. Lo sagrado y lo profano. Tiempo primordial, sagrado y profano. La función del mito y la preservación del orden cósmico.
2. Cosmogonía, Teogonía y Antropogonía. Mitos de Oriente y Occidente: Japón, India, Persia, Grecia, Antiguo Oriente, Egipto.
3. Lo iniciático: mito y rito. El segundo nacimiento. La transmisión oral y secreta del mito. Los misterios eleusinos en la antigua Grecia.
4. El árbol, la montaña cósmica, el axis mundi. Su representación en la arquitectura. La leyenda: la épica griega e india. El héroe, el laberinto, el viaje y las proezas.
viernes, 16 de marzo de 2012
Tocqueville y Argelia.
sábado, 25 de febrero de 2012
La expulsión de los judíos de España.
En 1469 se unieron en matrimonio los príncipes de Castilla-León y de Aragón, que serían conocidos después como la reina Isabel y el rey Fernando. Isabel ascendió al trono en 1474, y él en 1479. Esta unión, que puso fin a las guerras que libraban entre sí, inspiró el sentimiento místico de que una España unida podía reconquistar Jerusalem en un futuro próximo. De allí que, al igual que sus predecesores, prosiguieron la reconquista del territorio ocupado por los musulmanes desde la invasión del 711. Lo que restaba incorporar era el reino de Granada, en el sur, en donde quedaba la última porción de Al Andalus. Ambos ejércitos unidos lograron la conquista de Granada en 1492 y, por consiguiente, aplicaron una rigurosa política de intolerancia religiosa hacia judíos y musulmanes. Esto significó la expulsión de todos los judíos que no aceptaban su conversión al catolicismo. Hubo quienes se convirtieron pero continuaron siendo judíos en secreto, los conocidos como marranos. Estos fueron perseguidos por
En los años previos a esta política de expulsión, hubo varias comunidades judías en los distintos reinos cristianos de la península ibérica. Unos pocos participaban en la administración financiera y eran prestamistas de las monarquías; la gran mayoría se dedicaba al pequeño comercio del vino, herrería, o eran pequeños agricultores. Si bien estas comunidades podían vivir en el seno de estos reinos,
El Edicto de Expulsión fue firmado el 31 de marzo de 1492 en la recién conquistada Granada –en donde ingresaron los reyes el 2 de enero-, y promulgado en Castilla y Aragón en abril de ese año. La fecha establecida como límite para que los judíos abandonaran ambos reinos, o bien se convirtieran en cristianos, era el 31 de julio de 1492. A los motivos religiosos, hay que sumarle la popularidad de la actitud antijudía en la población cristiana, hábilmente orquestada por las autoridades. La expulsión significó la ruina económica de muchos judíos, ya que vendían sus propiedades a bajo precio y se les prohibió llevar metales preciosos y joyas al exilio. Los precios del transporte, asimismo, subieron sustancialmente de precio. El exilio era a tierras desconocidas, con lenguas nuevas, y suponía el abandono de las tumbas en donde yacían sus antepasados. Uno de los motivos que se adujeron en el edicto de expulsión fue que los judíos podían utilizar estratagemas para debilitar la fe de los recientemente conversos, subvirtiendo y pervirtiendo a estos nuevos cristianos para llevarlos al error… [5] Al aislar a los conversos de todo contacto con rabinos y textos judíos, suponían que serían rápidamente absorbidos en la gran comunidad cristiana. Hubo muchos que optaron por la conversión al cristianismo, suponiendo que esta era una política pasajera, o bien pensaban continuar practicando su religión puertas adentro. Los conversos tenían un fuerte incentivo económico y social, ya que mantuvieron sus propiedades. El 31 de mayo se bautizó el rabino Abraham de Córdoba, ceremonia en la que estuvieron el Cardenal Mendoza y el nuncio apostólico. Otros, como el financiero Abraham Seneor y su hijo Meir, se convirtieron en presencia de los reyes católicos, y este acto lo llevó a ocupar un puesto en el Consejo Real. La situación fue extremadamente difícil, entonces, para quienes eran de las pequeñas clases medias y artesanos, que debieron partir. Se estima que unos cien mil judíos fueron a Portugal, con la esperanza de que en ese reino pudieran aguardar tiempos mejores. Allí se les impuso una exorbitante visa por ocho meses. 25 embarcaciones salieron de Cádiz en dirección al puerto de Orán, y muchos de estos emigraron después a Portugal. Una parte emigró a Marruecos, en donde no fueron bien recibidos por los judíos de Fez. Otros emigraron a Italia y a los Balcanes turcos, en la ya mencionada Tesalónica. Los judíos conversos al cristianismo podían retornar a España si demostraban su bautismo, y hubo descendientes que retornaron en los siglos XVII y XVIII, exhibiendo las actas exigidas por el Santo Oficio [6].
Los números sobre los conversos y los exiliados difieren sustancialmente, ya que las fuentes son dudosas, no habiendo estadísticas fiables. Se desconoce cuántos emigraron a Portugal y cuántos al Imperio Otomano. Son cifras que varían entre 85 mil y los 400 mil judíos en
[1] TRUXILLO, Charles A., By the sword and the Cross. The Historical Evolution of the Catholic World Monarchy in Spain and the New World, 1492-1825. Westport, Greenwood, 2001. PP. 35-39.
[2] GITLITZ, David, Secrecy and Deceit: The Religion of the Cripto-Jews. Philadelphia, The Jewish Publication Society, 1996. P. 4
[3] Ibídem, pp. 10-11.
[4] Ibídem, p. 17.
[5] ALPERT, Michael, Crypto-Judaism and the Spanish Inquisition. New York, Palgrave, 2001. P. 26
[6] Ibídem, P. 27
[7] Ibídem, P. 29
[8] NETANYAHU, B., The Marranos of Spain: From Late 14th to the Early 16th Century, According to Contemporary Hebrew Sources. New York, Cornell, 1999. P. 213.
viernes, 17 de febrero de 2012
La política de la distensión y la "diplomacia del ping pong".
Por Ricardo López Göttig
Desde inicios de los años sesenta,
El propósito de este trabajo es explorar en qué contexto se desarrolló la llamada "diplomacia del ping pong" por parte de Estados Unidos y la República Popular China, en los años sesenta, en tiempos de la política de distensión. Procuraremos reflexionar sobre este acercamiento en plena guerra fría por parte de un presidente estadounidense que se había labrado fama de anticomunista duro en Occidente, Richard Nixon, y el líder chino que recelaba de la URSS por su carácter "revisionista" y que se presentaba como el más revolucionario, Mao Zedong.
La primera señal de alarma para los líderes de
A pesar de que en octubre de 1964 Jruschov fue desplazado como secretario general del Partido Comunista soviético por Leonid Ilich Brezhnev, este cambio no llevó a la reconciliación de los dos gigantes del mundo socialista, ya que ambos se consideraban los intérpretes más fieles y “ortodoxos” del marxismo-leninismo. Brezhnev no tenía experiencia ni conocimientos sobre política internacional y, de hecho, Andrei Gromiko continuó como ministro de Relaciones Exteriores hasta los años de Mijail Gorbachov. O sea que, más allá de que se hubiera nombrado un nuevo secretario general del PC soviético, los miembros del Politburó seguían siendo los mismos y, por consiguiente, persistían en una visión rusocéntrica y desconfiada de lo que ocurría en
Vietnam
Desde la administración Eisenhower, los Estados Unidos se involucraron en la península de Indochina para contener el avance del socialismo, que había logrado la independencia de Vietnam del Norte (formalmente, República Democrática Popular de Vietnam) frente a Francia. Tras las conferencias de paz en Ginebra, de 1954, había un compromiso de unificar a los dos Vietnam en elecciones libres y conjuntas en 1956, pero lo cierto es que ninguna de las partes estuvo seriamente comprometida a cumplirlo. El presidente Dwight Eisenhower, exponiendo la “teoría del dominó”, sostuvo económicamente y militarmente a Vietnam del Sur (formalmente, República de Vietnam), entonces presidida por Diem. Era una prolongación de
El Vietcong incrementó su actividad guerrillera en Vietnam del Sur y esto provocó el envío de unos veinte mil asesores militares estadounidenses, contradiciendo la idea de la “vietnamización”. Tras el asesinato de Kennedy en diciembre de 1963 y el ascenso de Johnson, el nuevo presidente llegará a enviar a suelo vietnamita más de medio millón de soldados. En 1968, año de comicios presidenciales en Estados Unidos, el Vietcong lanzó la ofensiva del Tet contra las bases militares estadounidenses en Vietnam del Sur, así como llegó a tomar posesión de algunas ciudades por algunas semanas. Si bien para el Vietcong esta fue una jugada suicida que mermó significativamente sus efectivos, el impacto en la opinión pública occidental fue letal para las aspiraciones de Johnson, quien renunció a un nuevo período. Bob Kennedy fue asesinado ese año en plena campaña, y en las filas demócratas el pacifista Hubert Humphrey ganó las primarias; en tanto que Richard Nixon volvió a la arena política y ganó las primarias republicanas. Esta vez Nixon fue electo presidente con su promesa de “vietnamizar” la guerra y llevar a su casa a los soldados de EE.UU.
El tablero político del mundo a fines del decenio de los sesenta era extremadamente complejo y explosivo. Los líderes occidentales eran cuestionados por los activos movimientos pacifistas que tomaban las calles, los jóvenes de Francia, Alemania y Estados Unidos rechazaban los valores de Occidente, en tanto que admiraban a Mao Zedong, Guevara y Fidel Castro [1]. Por otro lado, en el bloque socialista, el intento de crear un “socialismo con rostro humano” en Checoslovaquia fue aplastado por los tanques del Pacto de Varsovia, y en
A pesar de sus credenciales anticomunistas, Nixon y su entonces asesor de seguridad nacional, Henry Kissinger, tejieron los primeros lazos para iniciar una etapa de diálogo con
¿Por qué se produjo este acercamiento entre los EE.UU. y
Asimismo, los soviéticos estaban preocupados por su vecino chino que, si bien deberían ser aliados frente a Occidente capitalista, estaban enzarzados en un enfrentamiento ideológico y geopolítico que los llevó a los enfrentamientos bélicos en el río Ussuri, en 1969 [2]. Se han contabilizado 400 enfrentamientos en la frontera en 1960, más de cinco mil en 1962 y unos cuatro mil en 1963, años en los que se produjo la ruptura sino-soviética. Mao afirmaba que la región del lago Baikal era parte del antiguo imperio chino, arrebatada por el expansionismo zarista en el siglo XIX [3].
Los dos colosos socialistas
Mao Zedong, tras restablecer el orden interno después de la caótica Revolución Cultural que él mismo impulsó, comprendió que
El presidente Nixon se preocupó por la posibilidad de que
El régimen de Vietnam del Norte era provisto militarmente también por
Según Jeffrey Kimball, la visita de Nixon a Pakistán en 1969, tras formular la conocida “doctrina de Guam” sobre la vietnamización de la guerra, tuvo como uno de sus objetivos que el gobierno de este país transmitiera a la diplomacia de
El 10 de abril de 1971, en China se recibió a una comitiva de jugadores estadounidenses de ping-pong, un hecho insólito después de dos decenios sin relaciones diplomáticas [9]. Este episodio, que dio inicio a lo que se conoció como la “diplomacia del ping-pong”, fue una significativa señal de apertura hacia el Occidente. Resulta interesante observar cómo ambos países emitían señales para que el otro pudiera decodificar la voluntad de diálogo, sin que ello significara abandonar los principios políticos y filosóficos que sustentaba cada régimen. El 14 de abril, Richard Nixon respondió con el relajamiento del embargo comercial a
El primer contacto secreto fue la visita de Henry Kissinger a Beijing en julio de 1971, ocasión en la que se encontró con Zhou Enlai, a la sazón primer ministro de
Resultado de este inesperado acercamiento entre estas dos naciones, fue el ingreso de
Distensión entre URSS y EE.UU.
La apertura estadounidense hacia
De la posición de debilidad, manifestaciones, el surgimiento de la contracultura hippie, los asesinatos de Bob Kennedy y Martin Luther King y la agitación interna juvenil por su participación creciente en la guerra de Vietnam, los Estados Unidos retomaron la iniciativa diplomática gracias a la audacia de Nixon y Kissinger, que se quitaron de encima los pesados prejuicios ideológicos y optaron por negociar con sus enemigos más acendrados.
Esta iniciativa diplomática lo transformó en el árbitro entre los dos colosos del campo socialista, podía inclinar hacia un lado u otro su ayuda en el caso de un nuevo enfrentamiento bélico, que hubiese tenido consecuencias devastadoras para la vida en el planeta. De este modo, introdujo una cuña entre ambos enemigos, que significó un elemento estabilizador por su capacidad nuclear, militar y económica.
Para los EE.UU., esta apertura significó también un nuevo mercado para sus exportaciones. Japón, en septiembre de 1972, reconoció como único gobierno legítimo a
Si bien se estima que
Esta situación de árbitro entre los dos grandes países socialistas, sumado a la victoria electoral de Nixon frente a George McGovern en noviembre de 1972, tuvo como resultado la posibilidad de llegar a un compromiso con Vietnam del Norte en febrero de 1973, luego de tantos años de negociaciones secretas en París. El régimen de Hanoi estaba fuertemente desgastado por tantos años en guerra, el país severamente bombardeado y sus principales aliados acercándose a los Estados Unidos.
¿Triángulo?
¿Es posible hablar de una diplomacia triangular en Asia Oriental como resultado de la apertura de China? En rigor, sería difícil hablar de un triángulo, puesto que las relaciones entre
Si bien durante la breve presidencia de Gerald Ford prosiguió la política de distensión y se terminaron de retirar de la península de Indochina, en la presidencia de Carter hubo un serio retroceso en la relación con
Es decir que, en el enfrentamiento con el campo socialista, los Estados Unidos y Occidente se enfocaron en la contención de
Asimismo, los comunistas chinos demostraron una gran capacidad de apertura y pragmatismo en su acercamiento hacia el Occidente: nadie podía objetar a Mao Zedong como “reformista” o “revisionista”, ya que para
La audacia y la ambición de Richard Nixon fueron acompañadas por el pragmatismo de Henry Kissinger, un declarado admirador de Metternich y Otto von Bismarck.
[1] John Lewis Gaddis, Nueva historia de
[2] Gaddis, Op. Cit., p. 182.
[3] K. R. Bolton, “
[4] Vladislav Zubok, Un imperio fallido. Barcelona, Crítica, 2008. P. 316
[5] Zubok, Op. Cit., p. 315.
[6] Gaddis, Op. Cit., p. 183.
[7] Jeffrey Kimball, “The Nixon Doctrine: a Saga of Misunderstanding”. En Presidential Studies Quarterly, Volumen 36, n°1, 2006. Cabe recordar que Pakistán y
[8] Alexander Bevin, The strange Connection:
[9] Estos deportistas habían jugado en un campeonato internacional en Tokio, por lo que la comitiva china invitó a los estadounidenses a visitar su país. Nixon dio inmediatamente el visto bueno.
[10] Bevin, Op. Cit., p. 221.
[11] Bevin, Op. Cit., p. 222.
[12] Bevin, Op. Cit., p. 225.
[13] Bevin, Op. Cit., p. 225.
[14] Citado por Zubok, Op. Cit., p. 315.
Bibliografía consultada
John Lewis Gaddis, Nueva historia de
Vladislav Zubok, Un imperio fallido.
Alexander Bevin, The strange Connection:
Jeffrey Kimball, “The Nixon Doctrine: a Saga of Misunderstanding”. En Presidential Studies Quarterly, Volumen 36, n°1, 2006.
K. R. Bolton, “
Robert Service, Camaradas. Barcelona, Ediciones B, 2009.
John King Fairbank, China, una nueva historia. Santiago de Chile, Andrés Bello, 1996.